Cuando comenzamos a hablar con los niños me llamó muchísimo la atención el que ellos amaran de esa manera a sus hogares, no querían irse y creo que además, a pesar, valoran lo que estas personas voluntarias hacen por ellos sin recibir nada a cambio. Las religiosas del centro hacen de madres, dan educación, unidad familiar, valores cristianos y sobre todo el amor que llevan dentro.
Antonio Javier López Márquez.
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